jueves, 25 de abril de 2019

CHIWENGUENCHAS



Chinwenguenchas! 
Me avergüenzan aquellas cosas que me ponen incómodo.
Esa foto desnudo de cuando eras chiquito y te cambiaban los pañales que tu vieja ama mostrar. La tía que no te ve hace mil años, cuando te encuentra piensa que sos chico y te agarra los cachetes como cuando tenías 6 solo que ahora tenés 10 años más. La amiga que se ríe de manera tal que todo el colectivo la mira. Ese tipo de cosas me dan vergüenza.
Pero además de esto, muchas veces me avergonzó contar lo que había hecho el finde, que estuve en la iglesia, o que no hice nada “malo”. Que no me emborraché, drogué ni me acosté con un desconocid@. Entonces cuando llegaba el lunes y todos contaban sus anécdotas yo no decía nada. Me quedaba callado y rogaba que nadie me pregunte. 
Un día me animé a preguntarle a un compañero si realmente estaba orgulloso de sus historias de fin de semana por cómo las contaba. A mí me intrigaba su vida, no voy a mentirles, por momentos pensaba que era más atractiva que la mía. 
Me dijo “en realidad lo cuento así porque no tengo nada más que contar”. ¿En serio? Pregunté, ¿eso es todo? Sí, me dijo.
En esos mismos días leí  No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios (Rom. 1:16). 
Me di cuenta que todavía no conocía el evangelio porque me daba vergüenza. Empecé a buscar más de Dios, necesitaba ese poder que el chabón de la biblia había escrito. No podía ser que la vida sin Dios me resultara más atractiva que la vida con Dios. Algo andaba mal en mí. Me había enfriado, o su fuego nunca me había alcanzado. 
En esa búsqueda lo conocí de verdad, mis fines de semana se transformaron en oportunidades únicas para disfrutar su poder en la calle. Llegaba los lunes y tenía alguna historia que contar, mucho más que “fui a la iglesia”. Gente se había salvado, enfermos sanados, había pasado tiempo genial entre amigos, había disfrutado de una buena salida. Ellos decían ¡no sabes lo que fue el finde no me acuerdo nada! Y yo decía, lo recuerdo todo, y que genial es recordarlo! 
Si te estás avergonzando del evangelio, creo que todavía no conoces el evangelio. Te animo a ser un chinwenguencha que se la juega por Jesús. El que tenía las mejores historias de fin de semana, y de toda la semana.
By Lucas Marin

1 comentario:

  1. Muy bueno.. gracias por compartirlo Lucas saludos desde San Pedro.. Cristo la rompe..

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