Dejate de Mendigar
Una de las historias que más me gusta del libro de los
Hechos, después del pentecostés y la tele transportación de Felipe con el Eunuco,
es el primer milagro que aparece en este libro, es cuando Dios usa a Pedro para
sanar al lisiado (Hechos 3:1-9). Dice que este señor estaba postrado desde nacimiento
y ya tenía más de 40 años, todos los días lo llevaban temprano por la mañana y
lo dejaban en la puerta del templo llamada “LA HERMOSA”, así es, todos los
santos y benditos días lo llevaban, ya se había vuelto una rutina desde hace más
de 40 años, ¡¡¡IMAGINENSE!!!
Un día normal como cualquier otro lo dejaron sentado
en la puerta como era de costumbre, pero algo iba a cambiar en su vida, ese
mismo día pasaron nuestros queridos amigos Pedro, Juan. El lisiado como de
costumbre, pidió dinero, yo me imagino que debe haber extendido su mano y debe
haber dicho, -¿Me ayudaría con una moneda? Y justo le pide a Pedro que no tenía
ni un mango encima. Y dice que pedro dijo
no tengo plata ni oro pero lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo de Nazaret ¡Levántate y anda! “Pummm” el
señor se levantó (Vs 6). Imagínate cuarenta años sin caminar y vienen 2 locos y
te sanan en el Nombre de Jesús, la verdad que pagaría por ver esa escena y por
ver la expresión del paralítico, esa expresión de alegría mezclada con miedo e
incertidumbre.
Yo leía esto y me volaba la cabeza, ya conocía la
historia ya hace tiempo pero la última
vez que lo leí me surgieron varia preguntas.
·
¿Porque siempre lo llevaban al templo
y no afuera de un banco o algún lugar donde se recaude impuestos?
·
¿Porque él pedía plata y no pedía
la sanidad?
·
¿Porque se sano si él estaba
pidiendo plata?
·
¿Porque no nos dice el nombre de
este personaje?
Y varias preguntas más que no las pondría sino
estarías toda la mañana o tarde leyendo este devocional.
Dice que el lisiado miro fijamente a Pedro, y si vamos
a la realidad, cuando vos vas por la calle y miras a alguien que está pidiendo
dinero es porque le vas a dar una ayuda, y la otra persona también lo sabe,
entonces en su corazón ya se genera esa expectativa de que va a recibir algo. Y
eso mismo paso en este caso, el paralitico tenía la expectativa de recibir
algo, pero no fue lo que estaba queriendo sino lo que en realidad estaba
necesitando.
“Pidan, y se les dará; busquen, y encontraran; llamen y se
les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que
llama, se le abre.”
Mateo
7:7-8 (NVI)
Muchas veces nosotros sin darnos cuenta somos así,
como ese paralítico, estamos pidiendo directamente a Dios lo que nosotros
queremos pero no lo que necesitamos, tenemos a un Dios que puede darnos lo que
nosotros queramos, siempre y cuando lo estemos necesitando. Dios conoce
nuestros corazones, conoce nuestras necesidades y conoce nuestras peticiones,
muchas veces en lo personal me queje con Dios porque no recibí lo que estaba
pidiendo y ahora que leo detenidamente esta historia me pregunto ¿Estuve o
estoy pidiendo correctamente lo que necesito? ¿O me estoy dejando llevar por
mis emociones y estoy pidiendo lo que quiero?
Este muchacho estaba pidiendo dinero, pero
tranquilamente podría haber pedido su milagro, es más estaba fuera del templo,
obvio, Dios sana donde quiere.
Dios conoce nuestros corazones y sabe con qué
intenciones pedimos las cosas, es más, cuando estamos intercediendo por alguien
de corazón o solo lo hacemos para obtener algún beneficio.
Dios, es un papá bueno, el mejor papá del mundo y le
encanta darles regalos a sus hijos, solo que hay que pedir lo que realmente
estamos necesitando y él nos lo va a dar…. ¿Y si no lo hace? , bueno no sé, no
soy quien para juzgar a Dios, solo sé que su voluntad es agradable y perfecta y
quiere lo mejor para nosotros.
Solo debemos pedir correctamente lo necesario.
By: Lucas Viñes
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