jueves, 14 de marzo de 2019

ORIGINAL.



Una empresa de gaseosa llamada Coca Cola era la marca más reconocida y con mayor venta de productos hasta el momento, pero un día aparece su nuevo y eterno contrincante “Pepsi”. Que comenzó a igualar sus ventas y estaba siendo muy popular en el mercado.
Coca Cola al ver que mucha gente consumía la competencia, quiso cambiar su “fórmula secreta” tratando de igualar el sabor de Pepsi.
Durante la primera semana con su fórmula renovada parecía que había más consumo de parte de los clientes, sin embargo esto duró poco. Empezaron a llegar cartas de las oficinas quejándose de que el nuevo sabor no era el original, no era lo que ellos querían. Las ventas comenzaron a caer y todo se volvió un caos. Debían tomar una decisión que determinaría el futuro de la compañía. Volver a la fórmula original o intentar competir imitando a Pepsi. 
Por supuesto, se volvió a su forma original y retomaron el record en ventas hasta el día de hoy. 
Muchas veces, nosotros queremos ser como Coca Cola, vemos que a otras personas les va "bien" siendo como ellos son, puede ser que sean más simpáticos o más extrovertidos. Es en este momento donde nos empezamos a comparar y querer cambiar nuestra fórmula original, para así tener los mismos resultados que esta tan genial persona.  
Pero al querer ser como alguien más perdemos quiénes realmente somos. 
Entonces, ¿por qué cambiar la fórmula original de nuestro creador? 
Hay millones de personas en el mundo, pero ninguna igual a vos. Dios te hizo único y original.
Él se tomó el tiempo y toda su creatividad para diseñarte tal cual como sos.
Salmo 139: 13 dice: "Tu Creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre."
 Y no solo eso sino que puso en vos algo que nadie más puede tener. 
Es momento de volver a la fórmula original, cada vez que tratamos de ser quién no somos poco a poco todo empieza a derrumbarse. No podemos fingir toda la vida ni ocultar lo que Dios ha puesto en nosotros. A medida que nos alejamos de Él perdemos nuestra esencia que tanto nos caracteriza como hijos. Volvamos al original, volvamos a Jesús.




By Adri Martinez

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