jueves, 21 de marzo de 2019

EN SUS MARCAS...LISTOS... FUERA!


 Hoy en día están muy de moda las maratones de 5k, 10k, 42k, 21k. Vemos miles de fotos subidas a Instagram con sus números de corredores. Grandes sponsors son parte: unicef, nike, new balance, Reebok, Falabella, entre otros. Impulsando el cuidarse, el vivir de forma sana. Es un evento en el que se llena de personas fuera de la pista, familias que alientan, carteles, muchos superan el record, otros superan su propio record. Todo es emocionante hasta que finalmente la carrera comienza. Los primeros toman su lugar, mientras que de a poco algunos van a su ritmo, quedándose atrás. Aparecen los tan conocidos MUROS, cuando el cuerpo te comienza a decir que no podes más, se te terminó la energía. Pasan los minutos como si fueran horas, el cansancio se comienza a sentir, en tus piernas, en todo tu cuerpo y la mente te dice que no podés más, que ya corriste demasiado, que ya lo hiciste bien, que otros abandonaron y vos podés hacer lo mismo. Ves a otros que te pasaron, nadie está al lado tuyo, es una zona en la que las familias solo esperan al final de la carrera. Te cuesta respirar, te preguntás para qué viniste, para qué estás. Cuando en ese momento alguien te susurra “DALE, YO SÉ QUE VOS PODÉS, CORRO JUNTO A VOS”.
    Siempre imaginé que Jesús estaba lejos cuando pasaba los momentos más difíciles en mi vida. Era una mentira que creía. Cuando un día le pregunté dónde había estado en esos tiempos, Él me respondió, SIEMPRE ESTUVE A TU LADO. Jesus es nuestro mayor alentador. Cuando el aire te falta, cuando las fuerzas no son suficientes, cuando queres abandonar y dejarlo todo, los obstáculos son demasiado, Él está ahí, alentándote y no dejándote solo.
 Él nos lo prometió: “Y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo” Mateo 28:20 
Cuando corras en la vida, no mires a los demás, no mires lo que no podés hacer, enfócate en quien siempre estuvo, está y va a estar. Tu tiempo no es el mismo que el de los demás, tu ritmo no es igual a otros, no trates de ir a la velocidad de otros. Dios nos dio un camino, nos dio un paso a cada uno. Derribá muros, cruzá obstáculos, supera tu propia meta cada día. La medalla no la ganas cuando llegas a la meta, sino cada mañana, cuando te determinas a marcar la diferencia y vivir para Dios. Por eso disfruta el paisaje mientras corres junto a Jesús.







By Belen Veron.










                                             

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