jueves, 23 de mayo de 2019

EN EL HORNO !





¿Alguna vez te paso de sentirte tan bajón que crees que no se te va a pasar nunca? ¿Alguna vez le preguntaste a Dios “¿Por qué a mí?”?. Hace unos días yo estaba así. Fui ser super sincera con Dios y le conté TODO lo que estaba sintiendo. ¡Y a que no sabes! El Espíritu Santo me llevó a que leyera una historia de esas que son super conocidas. La verdad es que pensé “Bueeh, a esa ya me la sé! ¿Qué me vas a enseñar de nuevo?” Pero, consejo: nunca subestimes a Dios. 
Resulta que habían tres amigos viviendo en un país que no era el suyo. El rey de ese lugar decide construir una estatua re grande y ordena a todos que se arrodillen ante ella y la adoren. A lo que los muchachos le dicen que no, porque creían que eso no iba a gustarle a Dios. Entonces el rey, recontra enojado, le manda a sus hombres que los aten y los tiren adentro de un horno donde se fundían los metales! 
“Los jóvenes, en cambio, cayeron al horno atados.
Cuando Nabucodonosor [el rey] vio esto, se levantó rápidamente y les preguntó a sus consejeros: —Me parece que los jóvenes que echamos al horno eran tres, y los tres estaban atados. —Así es —respondieron los consejeros. 
—Entonces —dijo el rey—, ¿cómo es que yo veo a cuatro? Todos ellos están desatados, y andan paseándose por el horno, sin que les pase nada. Además, ¡el cuarto joven parece un ángel!” Daniel 3:24-25
Yo me imagino a estos pibes pensando “¿Por qué a mí?” mientras los estaban atando. El fuego de ese horno era tan fuerte que con solo acercarte un poco te podía matar. ¡Qué miedo! Pero…sabes lo que Jesús me dijo?: “Cuando ellos entraron al horno, estaban atados. Yo no permití que el fuego los lastimara, lo único que dejé que el fuego consumiera fueron las sogas que los ataban. Yo estaba con ellos en medio de ese horno. Y yo estoy con vos en medio de tu propio horno de fuego.” 
Amigo, amiga, no te desesperes. Jesús está quemando tus sogas, te está haciendo libre. Eso malo que crees que te está pasando tiene como propósito sanar tu corazón, formar tu carácter, acercarte más a Dios y a la vida que tiene para vos. Vas a ver que cuando pase el tiempo, y te toque salir del “horno”, ni siquiera te va a quedar olor a humo. Tu historia va a ayudar a muchos otros que van a pasar lo que hoy te toca pasar a vos. 
Hoy o mañana, acercate a alguien que ande en un momento difícil. Escuchá la voz de Dios para esa persona y dale una palabra de ánimo. Sé ese amigo/a que se mete en el “horno” de los demás y les hace saber que a Jesús ningún fuego le gana!

1 comentario:

  1. Muy justo, gracias por contar tu experiencia.
    Dios hablo a mi vida muy profundo

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