jueves, 4 de julio de 2019

TRANQUILO PIBE



Es increíble cómo nos culpamos cuando nos equivocamos. Es increíble saber que cuando fallamos a alguien a quién queremos mucho o lo tenemos en mucha estima, se produce una ruptura, se produce una separación. Es una mala situación cuando la persona a la que fallamos se enoja y ya no quiere nuestra amistad o compañía. Pero creo que es peor cuando uno cree que la otra persona está enojada con vos. Bueno, esa es la situación en la que nos encontramos muchas veces cuando fallamos a Dios. Las personas que aman a Dios y quieren hacer bien las cosas, se encuentran una y otra vez en esta situación. La Biblia es clara y en todo momento es explícita diciendo que el pecado es malo, y nos separa de Dios. Pero muchas veces ese es el problema, ver simplemente la falla, el pecado, el castigo, y olvidarse de la redención, del regalo, de lo que Jesús hizo por mí.

      Hay una frase que yo la use, y que he escuchado de muchas otras personas la que me llevó a buscar una respuesta, que dice “yo creo que Dios está enojado conmigo, nunca me perdonaría esto que hice”. Es esta frase la que ha matado y alejado a muchas personas de Dios, son estas palabras que han hecho que el plan de Dios se tergiverse, y ha mostrado a muchas personas un Dios vengador, un Dios que está esperando a que te equivoques para que te pueda culpar y lanzarte al lago de fuego, un Dios que está esperando a que lo falles para que pueda lanzar toda su ira contra tu vida. La realidad no es esa, leyendo en su Palabra, hay una verdad que la he leído muchas veces, pero dando otros significados, o apuntando a otras cosas, que dice “en el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33 b. Y siempre vi este versículo pensando en la dificultades de la vida, en el dolor que este mundo puede dar, tales como la perdida de un ser querido, la pérdida de un amigo, los problemas cotidianos que trae la vida, etc. Lo cual no está mal aplicarlos a ellos también, pero en esta parte quiero apuntar a lo que veníamos hablando anteriormente. Si leemos un poco más atrás dice esto: “pero se acerca el tiempo- de hecho ya ha llegado- cuando ustedes serán dispersados, cada uno se irá por su lado y me dejarán solo. Sin embargo yo no estoy solo, porque el Padre está conmigo.” Juan 16:32 (NTV). Jesús ya anunció que los discípulos lo iban a dejar solo, a pesar de que los discípulos eran los más cercanos a Él. Pero no encerró a los discípulos solamente, sino que entramos nosotros también.

                Muchas veces prometemos a Dios que no vamos a volver a fallar, muchas veces decimos, “no voy a volver atrás”, pero es por eso que Jesús terminó la frase diciendo “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.” En síntesis, lo que Jesús nos quiso decir fue “tranquilo pibe, yo sé que me vas a fallar, yo sé que en la primera te vas a salir corriendo sin mirar atrás, sin pensar en mí, pero para cuando estés lo suficientemente maduro vas a volver a mí, vas a entender, de que ya no hay nada que temer, porque yo gané al mundo”. Sus discípulos lo entendieron una vez que Jesús resucitó, porque antes, todos salieron corriendo, volviendo a lo que hacían antes.


                Vuelve a Dios todas las veces que sea necesario, Él sabía que lo ibas a fallar, y aún Él sabe que lo vas a fallar, pero aun así te da otra oportunidad. Tranquilo pibe.

By: Edgar Portillo

1 comentario: