jueves, 27 de junio de 2019

INFLUENCER



Estos días se volvió muy común esta palabra. Influencers en youtube, Instagram, en toda red social que te encuentres. El peso que tienen sus comentarios, sus consejos. Seguro ya se te vino uno a la cabeza o varios.
Esos que pasas horas viendo sus videos o posteos, que te pones la alarma del celu para no perderse el último video subido, porque obvio no te querés perder de nada. Los videos reacción, los challenges. Vivimos dependientes de ellos. 
¿Sabías que Jesús era un influencer de su época? Él te tiraba los challenges más flasheros del momento: multiplicar comida, caminar sobre el agua, resucitar un muerto, sanar enfermedades imposibles. Sus seguidores (los discípulos) lo acompañaban en cada cosa que hacia y eran influenciados por él. 
Si hubiese existido Youtube en esa época, el momento que resucitó a Lázaro o multiplicó la comida, se hubiera vuelto viral y con millones de suscriptores. 
Pero todo influencer tiene sus haters, los fariseos. Esos que le hacían la vida imposible a Jesús. Que siempre buscaban algo para discutirle o para criticarlo. En marcos 2, dice que muchos recaudadores de impuestos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos. Las personas querían escuchar lo que Jesús tenía para decir. Los fariseos sin entender porque se juntaban con ellos, ya que eran “mala gente, personas raras”, le preguntaron a sus discípulos. Y ahí Jesús les tira la posta: “No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos. Y yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”. 
Jesús era una persona tan sociable, amaba compartir tiempo con las personas. No le importaba contagiarse del leproso, ni lo que le iban a decir por hablarle a una “chica fácil”, no le importaba estar con el que lo llamaban “ladrón”, sino que él veía que esas personas tomaron malas decisiones y necesitaban a Dios en sus vidas. Pero, ¿Cómo iban a conocer a Dios si nunca nadie se los había presentado?
Con Jesús nace una nueva manera de entender la relación del hombre con Dios. Donde lo cotidiano, se vuelve un espacio perfecto para encontrarse con Dios.
Jesús era un influencer de su época y lo sigue siendo hoy. Las personas querían estar con él, no solo por los milagros y las cosas grosas que hacían, sino por quién era él era. Se sentían importantes y valoradas al estar cerca suyo, no se sentían criticados sino amados. El ambiente cambiaba cuando Jesús llegaba a un lugar. El tiempo pasaba volando. Jesús nunca se quedó con un grupo exclusivo ni hizo la suya con los discípulos. Él siempre sumaba a otros.
Influenciá desde tu lugar, imitalo a Jesús asi como lo haces con los youtubers o instagrammers que seguís, juntate con ese que nadie se acerca, preguntale como está, preocupate por aquellos que para otros son “invisibles”. Mostrá el amor de Dios en los lugares más cotidianos.


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