Tranquilo Pibe
Es increíble cómo nos culpamos cuando nos equivocamos. Es
increíble saber que cuando fallamos a alguien a quién queremos mucho o lo
tenemos en mucha estima, se produce una ruptura, se produce una separación. Es
una mala situación cuando la persona a la que fallamos se enoja y ya no quiere
nuestra amistad o compañía. Pero creo que es peor cuando uno cree que la otra
persona está enojada con vos. Bueno, esa es la situación en la que nos
encontramos muchas veces cuando fallamos a Dios. Las personas que aman a Dios y
quieren hacer bien las cosas, se encuentran una y otra vez en esta situación.
La Biblia es clara y en todo momento es explícita diciendo que el pecado es
malo, y nos separa de Dios. Pero muchas veces ese es el problema, ver
simplemente la falla, el pecado, el castigo, y olvidarse de la redención, del
regalo, de lo que Jesús hizo por mí.
Hay una
frase que yo la use, y que he escuchado de muchas otras personas la que me
llevó a buscar una respuesta, que dice “yo
creo que Dios está enojado conmigo, nunca me perdonaría esto que hice”. Es
esta frase la que ha matado y alejado a muchas personas de Dios, son estas
palabras que han hecho que el plan de Dios se tergiverse, y ha mostrado a
muchas personas un Dios vengador, un Dios que está esperando a que te
equivoques para que te pueda culpar y lanzarte al lago de fuego, un Dios que
está esperando a que lo falles para que pueda lanzar toda su ira contra tu
vida. La realidad no es esa, leyendo en su Palabra, hay una verdad que la he leído muchas veces,
pero dando otros significados, o apuntando a otras cosas, que dice “en el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33 b. Y siempre vi este versículo
pensando en la dificultades de la vida, en el dolor que este mundo puede dar,
tales como la perdida de un ser querido, la pérdida de un amigo, los problemas
cotidianos que trae la vida, etc. Lo cual no está mal aplicarlos a ellos
también, pero en esta parte quiero apuntar a lo que veníamos hablando
anteriormente. Si leemos un poco más atrás dice esto: “pero se acerca el tiempo- de hecho ya ha llegado- cuando ustedes
serán dispersados, cada uno se irá por su lado y me dejarán solo. Sin embargo yo no estoy solo, porque el Padre está
conmigo.” Juan 16:32 (NTV). Jesús ya anunció que los discípulos lo iban a
dejar solo, a pesar de que los discípulos eran los más cercanos a Él. Pero no
encerró a los discípulos solamente, sino que entramos nosotros también.
Muchas
veces prometemos a Dios que no vamos a volver a fallar, muchas veces decimos,
“no voy a volver atrás”, pero es por eso que Jesús terminó la frase diciendo “Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo
tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al
mundo.” En síntesis, lo que Jesús nos quiso decir fue “tranquilo pibe, yo sé que me vas a fallar, yo sé que en la primera te
vas a salir corriendo sin mirar atrás, sin pensar en mí, pero para cuando estés
lo suficientemente maduro vas a volver a mí, vas a entender, de que ya no hay
nada que temer, porque yo gané al mundo”. Sus discípulos lo entendieron una
vez que Jesús resucitó, porque antes, todos salieron corriendo, volviendo a lo que hacían antes.
By: Edgar Portillo
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