viernes, 18 de septiembre de 2015

“A la gilada ni cabida, yo la miro desde arriba”




Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados,  ni den cabida al diablo…
Efesios 4:26-27 (NVI)


Un día esperando el bondi escuché a una chica diciéndole a otra (con su mano prácticamente colgando desde su muñeca y rebajando con su mirada a su ex amiga) fue algo así como… “A la gilada ni cabida amiga, sho la miro desde arriba”, se dio la media vuelta y se fue.

    Para mi sorpresa recordé esta escena mientras leía la bilblia, (Si, jaja!). En efesios 4:26 dice “Si os enojáis, no pequéis. No dejéis que el solo se ponga estando aún enojados, ni deis cabida al diablo.”
 Por un momento imagine a la chabona diciéndole al diablo “sho a vos ni cabida amigo”.

    Dejando el chiste de lado, que groso sería dejar de darle bolilla, comenzar a mirarlo desde arriba, rebajarlo cada vez que nos quiera arruinar un día y dedicarnos a seguir a Jesús haciéndole la vida imposible a él.

    No hay que darle lugar, ni siquiera un poquitito, nada. El mismo versículo en la versión TLA dice “no le den oportunidad de tentarlos”. Pero para que esto ocurra, entre otras cosas, no podemos pasar más de un día enojados. Sí, leíste bien “No dejéis que el sol se ponga sobre vuestro enojo”. Si te enojaste con alguien y vez que el sol comienza a esconderse yo que vos voy perdonando o pidiendo perdón y dejando todo de lado.

    Créeme, no vale la pena apagar una noche de sueños por un enojo y pesadillas, mejor solucionarlo antes. Es graciosa la frase que está de moda pero es bastante aplicable. De que sirve darle cabida al enojo, rencor, celos, bronca, aprendamos a dejarlo de lado. A perdonar y solucionar rápido. No sirve de nada ir llenando nuestra vida de cargas y garrones que nos impidan avanzar. Porque a medida que pasa el tiempo esas cositas se van haciendo más y más pesadas y llega un momento que es imposible de llevar

     Por eso, no le demos lugar a las cosas que no lo merecen, aprendamos a terminar nuestro día tranqui buscando la presencia de papá.

Esta noche antes de recostarte recordá no darle cabida a las giladas y “mirarlas desde arriba”. 










by: Lucas Marin

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