jueves, 28 de julio de 2016

Un viaje a lo profundo de tu ser!







Viaje a lo profundo de tu ser





Créeme que este viaje puede ser bastante interesante. Yo que vos me voy bien preparado… Ropa cómoda, a cara lavada, no llevaría el celu, iría al baño antes de empezar y tomaría la fiel mochila que está en cada aventura… obvio que en esa mochila tiene que haber comida de sobra (primero lo primero, ¿no?), un mapa, mucha agua, y papel y lapicera para anotar todo lo sucedido.
Veo mi ser como un laberinto interconectado entre todos los caminos, avenidas, pasajes, alcantarillas; a veces veo un paisaje hermoso, otras veces veo algo catastrófico… un laberinto del cual no se salir cada vez que entro, tanto que siempre tengo que ir de la mano de Jesús. Por eso, hoy te invito a viajar hacia lo profundo de tu ser de la mano de Jesús, porque una vez que entras es imposible volver intacto si no vas con él.

¿Listo? Bueno, arranquemos.

Hace muchos años atrás hubo un chabón/chango/gurí que escribió algo muy sabio:

“Sondéame, oh Dios, conoce mi corazón, pruébame, penetra mis pensamientos; mira si me conduzco mal y guíame por el camino eterno.” Salmo 139:23-24


Hay que tener coraje para decirle eso a Dios, al que te creo y al que te conoce por completo. Creo que este devo no es para dar respuestas, sino para generar preguntas dentro de vos y que puedas viajar hacia lo más profundo de vos con Jesús para poder contestarlas.

¿Qué tanto le estas dejando a Dios que te inspeccione? Como me gusta preguntar… del 1 al 10, ¿cómo estas con tu familia, con tu autoestima, con tus amigos, con Dios?
No es un “¿cómo estás?” que te dice la china cuando vas al súper, es un “¿cómo estás?” con un café de por medio y sin tener programada otra cosa.

Es necesario revisar el corazón, las actitudes, los pensamientos; pero en este Salmo, David se lo pedía a Dios. Y este es el factor que cambia todo.


Si Dios hoy te examina por completo, ¿saldrías aprobado?

Sé que muchas veces no hay alguien que te haga esta pregunta, porque a mí también me paso, pero por años pensé que era responsabilidad de los que estaban arriba mío que lo hagan… estaba tan equivocada. Es mi responsabilidad dejar que Dios examine, sondee, revise, pruebe el corazón, la mente, los pensamientos y que me guíe hacia al camino eterno.

En el caso de que sepas que no estás bien, que hay cosas que se están filtrando, ¡hay gracia de Dios para tu vida! ¿Qué es la gracia? Es un acto de amor que nadie merece que Dios tiene hacia los que se le acercan. ¡Basta de culpa! En Dios tenemos libertad.

Mi desafío para hoy, en este día frió en la mayoría de las ciudades, es que tomes un café con Dios, un mate, un yerbeado, lo que sea… pero que posta le dejes entrar e inspeccionarte. Anota que es lo necesario cambiar, que actitud estuvo bien pero hay que mejorar, cómo es que están tus motivaciones y pregúntale si estás por el camino correcto. Nuestro Dios no es un dios de madera, de piedra, de plástico, sino que es un Dios que tiene boca y voz, y Él habla y responde. Pedile que te de paz y te haga sentirla en el camino que te está guiando.

Hoy es un muy buen día para que Él y vos den un paseo hasta lo profundo de tu ser.


¡Estoy segura que vas a tener respuesta!





 by: Camila Pichulman

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