La mugre de mi Perra.
¿Quién tiene una
mascota? Creo que más de uno de los que están leyendo. Yo amo a los animales. Pero hay una situación crítica
en mi relación Humana-Perruna: EL momento del baño. CHAN!!! Tengo una perra y el
proceso que tengo que hacer para lograr convencerla de que SU OLOR NOS ESTA MATANDO A TODOS es una lucha.
Ni se te ocurra mostrarle el shampoo para perros o un peine, porque NO ES SONSA,
los ve y sale a esconderse. Ella tiene
un escondite especial para huir de mí: SU CUEVITA, que por cierto, también está
llena de suciedad. Cada vez que termino de bañarla a la muy loca no se le
ocurre mejor idea que ¡meterse a jugar
con la mugre ahí adentro!
Un día me cansé
y se me ocurrió limpiar su “cuevita” antes de bañarla (¿Porque no se me había
ocurrido antes? jaja). ¿¡Que no salió de ahí!? Es la pregunta: Medias, juguetes
de mi hermano, huesos de la edad del caldo… Y lo que se te pueda ocurrir
(posta).
Algo así les
paso a mis amigos los fariseos en la época de Jesús. Vos dirás - KEEE? Si, leíste
bien. Un día Jesús hizo una juntada con sus amigos, y como siempre hay un
colado en la fiesta, ese que solo viene por la comida. En este caso los
fariseos eran de esos invitados que solo venían para criticar. Te cuento que
antes era una costumbre muy muy muy importante para los judíos el “lavarse las
manos” antes de comer. Era mucho más que para mantener la higiene, era una
tradición creada por ellos. Si vos no te lavabas las manos era como caer a un
casamiento en ojotas, con lentes de sol y con olor a pata. SUPER DESUBICADO.
Bueno, ahí estaban Jesús y sus
seguidores. De repente se sientan a la mesa, ven la picada y tranka le entran
al morfi y… ¡¡sin lavarse las manos!! ¿Para qué? No paso ni medio segundo que
salta un fariseo y le dice:
-¿Por qué tus discípulos no siguen las
costumbres que desde hace mucho han practicado nuestros antepasados? ¿Por qué
comen sin haberse lavado las manos?
Jesús les respondió:
-¡Ustedes son unos hipócritas! Dios tenía razón cuando
dijo por medio del profeta Isaías este pueblo de labios me honra, mas su
corazón está lejos de mí. (Marcos 7:5-6
TLA)
Acá Jesús les
tiro la posta, no solamente a los fariseos sino a todos los que estaban ahí. Muchachos a lo que a mi papa le importa es
lo que contamina el corazón. Ósea… Los fariseos la estaban pifiando mal en
lo que creían importante.
Y ¿sabes qué?
Creo que por mucho tiempo tenemos esas
“cuevas contaminadas” en nuestros corazones, así como las tenía mi perra.
Porque dentro del corazón de los hombres salen los
malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos,
la insensatez, la envidia (…) Todas esas maldades salen dentro del corazón y contaminan al hombre.
A Jesús no le molesta que nos equivoquemos, es
más… Él sabe que metemos la pata, sabe lo que te cuesta. Realmente lo que a Jesús
le molestaba, y creo que también le dolía, era que intentaban tapar con otras
cosas lo que realmente era importante. “No
tengo una relación firme con Dios, miento y trato mal a la gente ¡pero ojo! Me
lavo las manos.”
Esta palabra
para mí fue un tremendo “TURN DOWN FOR WATH” y alto palazo para mi vida. Porque
a pesar de que mil y un veces me arrepintiera por lo mismo, no faltara a un
culto, saliera y me sintiera “Limpia de mis pecados” pasaba un tiempo y volvía
a estar mugrienta con lo mismo. ¿Por qué? Porque no estaba teniendo un enfoque
correcto, como los fariseos.
No era cuantas
veces fuera a la iglesia y moquee un altar, era el amor incomparable de un DIOS que a pesar de saber lo que era, me amaba. Era
su gracia recordándome que Jesús ya había vencido en esa cruz. Era yo
reconociendo que necesitaba que el limpiara mi mente y mi corazón, esa cueva
toda mugrienta muy dentro mío llena de dolor. En tanto no nos centremos en lo
importante, que es el estado de nuestro corazón, podemos pretender estar
limpios por fuera y por un tiempo, pero siempre volver a refugiarnos en esa
cueva. Él quiere y necesita limpiarte, Él
es el Mr. Músculo que está queriendo limpiar nuestra cueva. ¡No tengas miedo de
acercarte! ¡No seamos vagos para arreglar cuentas con Jesús! Escuche una frase
el fin de semana “No huyas de los procesos de Dios”.
En este día de
parabólica no perdamos nuestro tiempo y
seamos sinceros con nosotros mismos. Pidámosle al Espíritu Santo que nos
muestre que es lo que el necesita limpiar en nosotros. No tengas miedo de lo
que Jesús puede encontrar ahí adentro, de todos modos Él ya lo sabía.
By: Malena Godoy
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