jueves, 23 de febrero de 2017

Llame ya!!!



¡¡¡Llame  ya!!!

Estoy seguro que alguna vez te quedaste por la noche colgado mirando las propagandas de llame ya! Ofreciéndote algo fabulosamente trucho como para adelgazar en un par de días.

O alguna máquina de ejercicios lo suficientemente inútil como para que quien la compre solo la termine usando para colgar la ropa… jajaja.

El gran premio era que si “llamabas ya” te llevabas de regalo otro igual, u otro mejor, te lo enviaban gratis a tu casa, ¡con la cena lista y  todo! Vos corrías al teléfono instantáneamente porque aparentemente era lo mejor que podía suceder.

Una vez leyendo la Biblia de trasnoche me topé con una de estas publicidades de LLAME YA

Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su voluntad, él nos oye.  Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido.
En 1 Juan 5:14-15 (NVI)
Otra versión dice así…

Confiamos en Dios, pues sabemos que él nos oye, si le pedimos algo que a él le agrada. Y así como sabemos que él oye nuestras oraciones, también sabemos que ya nos ha dado lo que le hemos pedido. (TLA)

Qué loco que cuando le hablamos a papá tenemos la seguridad de que ¡Él nos está escuchando!

O sea que jamás te va a clavar el visto ;)

¡Y si le pedimos algo que a papá le agrada sabemos que ya lo tenemos!

Resumámoslo así…

Llamamos, hablamos con Él, Él nos oye y ¡plum! ¡Nos lo da!

Recuerdo una vez en la que había estado todo el finde capacitando, el lunes rendía el último parcial de una materia que venía promocionando. Estudie toda la noche de viaje en el bondi (obviamente ese tiempo no era suficiente). Llegué a casa faltando 3hs para rendir, estaba bastante frustrado porque iba a perder la promoción.  Entonces le dije a Dios: “Che… vos ya sabes que temas me van a tomar, ¿no me tiras un centro así no desapruebo? ¿qué me van a tomar? (Un poco más en modo oración pero al fin y al cabo le dije eso, jaja). Recuerdo haber anotado 3 temas en orden. Los preparé en ese poco tiempo que me quedaba. Llegué, agarre el examen y me tomaban exactamente los mismos 3 temas hasta en el orden que los había preparado. ¡¡¡Me saqué 10!!!

Descubrí que hablando con Dios la vida es más fácil, más sencilla, hay que “llamar ya” a cada momento y obedecerle en lo que papá diga.                                                  

En este día de parabólica no cuelgues, vamos a charlar un buen rato con papá. De esas charlas sinceras, con confianza. De esos momentos en los que el mundo se vuelve él y él es la única prioridad. 







by: Lucas Marin


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