jueves, 23 de marzo de 2017

¿Por qué tengo que sufrir?






                              ¿Por qué tengo que sufrir?




Cuando mamá murió, no veía la hora de irme con ella. Que Jesús

me llevara. Fue el dolor más espantoso de mi vida. Conocí lo que 

era vivir sumida en oscuridad. El morir por dentro todos los días 

engañada por la culpa, el miedo, la pena y la desesperación. No me 

imaginaba un mundo sin ella, sin la única persona que había creído 

completamente en mí. Tenía 2 caminos por elegir, uno consistía en 

seguir enojada con Dios y que mi naturaleza humana me guiara. 

Ese era el camino más largo, ya que al fin y al cabo terminaría en 

los brazos de mi papá celestial. O el otro camino, el que realmente 

tomé, Jesús. Cuando deje que la oscuridad se desvaneciera, cuando

 pude hablar de todo el odio que me consumía y cuando a duras

penas, perdoné; fue cuando saboreé los primeros toques de libertad.

 La luz poco a poco llenaba mi vida. Conocí el amor de Dios, el 

perfecto y verdadero amor, a pesar de todos mis años de cristiana. 

Comprobé lo que dice Job 42:5 "De oídas te había oído más ahora 

mis ojos te ven"



A pesar de extrañarla, la alegría abundaba en mi vida. Y cuando 

pensaba que estaba totalmente sana, Jesús me mostraba lugares que

 ni yo sabía que existían y entraba con su poder. ¡¡Jesús me liberó

 del temor a seguir sufriendo!! Y ahora puedo asegurar, que soy

 una chica con muchos más sueños y esperanzas. Sé que pase lo que

 pase Jesús va a estar conmigo. Que camino acompañada del papá

 más amoroso, que yo podría haber imaginado.



Testimonio de Mailena, Castillera de Córdoba.



"Honramos en gran manera a quienes resisten con firmeza en tiempo de dolor. Por ejemplo, han oído hablar de Job, un hombre de gran perseverancia. Pueden ver cómo al final el Señor fue bueno con él, porque el Señor está lleno de ternura y misericordia." Santiago 5:11


Quizás estés pasando un proceso doloroso, algunas veces difícil de 

entender y superar, piensas que Dios está ausente y ajeno a la 

situación, que el sufrimiento vino para quedarse y no irse nunca

 más. Pero quiero que sepas que eso no es el final del camino, no es

 el final que Dios quiere para nosotros, sino que es parte del 

proceso y que la mejor decisión que podemos tomar es aprender a 

confiar en Dios, a escuchar solo su voz, a perseverar en su 

Palabra, sus promesas y tener siempre la seguridad que Él nunca nos va a 
fallar. Simplemente es necesario entregarle a Jesús el control de todo y confiar que su voluntad es lo mejor para nuestras vidas.


Te regalo esta promesa “TU GUARDARÁS EN COMPLETA PAZ A AQUEL CUYO PENSAMIENTO EN TI PERSEVERA; PORQUE EN TI HA CONFIADO”  Isaías 26:3

Jesús es nuestra paz eterna. Nuestro lugar seguro en todo momento

 ¡¡confiemos en El!!






By; Natalia Arraigada- Mailena Cabrera


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