“Alguien
necesita leer esto.”
Estuviste
sirviendo a tiempo completo, tus horas libres han sido dedicadas a mí durante
años. Cada fin de semana ha sido entregado con firme decisión.
Sin embargo
en el constante servicio y ministerio te fuiste olvidando de mí, olvidaste para
qué lo hacías o mejor dicho, para quién lo hacías.
Nunca soñé
con contratar un empleado, siempre soñé con adoptar un hijo, y eso fue
justamente lo que hice!
¿Por qué te
esfuerzas tanto por cada vez servirme más y hablarme menos? Quiero que me
adoptes como padre. El servicio fue el fruto cuando comenzaste a tener relación
conmigo. Si te concentras sólo en dar frutos los mismos morirán por haber
descuidado las raíces.
No tengo
una lista de reproches ni historial de tus pecados. Tengo una cuenta de mi
gracia aplicada a tu vida. Disfruto verte servir con tanta felicidad y pasión.
Sin embargo; también disfruto de una buena charla. Sanar tus heridas, secar tus
lágrimas y darte un abrazo.
Recupera tu
primer amor conmigo en ese mismo punto donde caíste la última vez. Pensar que
para apaciguar la culpa de pecado debes servirme más es un error. Hay veces en
las que lo único que quiero es que me dejes trabajar en vos. Cosa que no puedo
hacer si vives ocupado.
Por favor, ¡sírveme!
Pero te lo suplico, ¡ámame! Ese es el mejor regalo que un padre puede esperar.
El amor del hijo a quién decidió adoptar.
Atte: Papá Dios.
By: Lucas Marin
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