No soy un Camaleón
Hace unos días
estaba viendo una pagina en Google que mencionaba las capacidades
extraordinarias de los animales más raros del mundo y me detuve por un instante
a leer un artículo que decía lo siguiente:” El camaleón utiliza esta estrategia de defensa para
esconderse de sus depredadores, o sea, de los grandotes que se lo quieren
desayunar.”
Revista Nature Communications
Nosotros
vivimos en un mundo contrario. Nuestros amigos que no entienden nuestros
gustos, nuestro lenguaje, nuestra forma de pensar y, para evitar que se burlen
de nosotros, muchas veces hacemos lo que hace el camaleón: nos adaptamos al
entorno social que nos rodea. ¿A quién no le ha pasado que se tiene que vestir,
maquillar, hablar o ser como sus amigos solo para no ser rechazado?
El
camaleón tiene que hacer esto cada vez que quiere librarse del peligro. O sea,
si quiere vivir, tiene que camuflarse. Pero a nosotros, los hijos de Dios, se
nos enseña a no ser como el resto, sino en ir en contra de la corriente. Incluso
Dios nos dice que si somos objetos de burlas por ser sus hijos, debemos tomarlo
como un sacrificio que hacemos por amor a Dios, y no como un calvario que
tenemos que sufrir por “losers” o perdedores inadaptados.
Cuidado,
no estoy diciendo que vivas como el blanco de las burlas, como un mártir del
sagrado corazón inmaculado. Más bien te animo a permanecer firme en tu fe y tus
convicciones, porque te aseguro que si aprendes a hacer lo que a Dios le agrada
le pese a quien le pese (¡incluso, a pesar de ti mismo!), ganarás el respeto y
la admiración de los demás… ¡Y tal vez hasta tus amigos no cristianos se
acerquen a ti a pedirte consejo cuando estén confundidos! Puede que tu forma de
hablar o mejor dicho tus acciones reflejen a Jesús en tu familia, colegio,
facultad o trabajo.
Pablo
dice en Romanos 12:2 (NVI): “No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es
la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
En
ocasiones pensarás que lo que ofrece el mundo parece más divertido, es la moda,
estoy en la onda o nose que es exactamente lo que cruza por nuestras cabezas,
pero no pierdas algo eterno por algo momentáneo o instantáneo. Borremos esa
mentira de que el evangelio es aburrido y por excusas nuestras nos vamos para
el bando equivocado.
El
mundo ofrece bailes, fiestas, matinées, alcohol, droga, “felicidad al máximo”.
Pero lo que Dios da no se compara paz, identidad, dirección, pasos de riesgos,
etc.
Ser
diferente es difícil, pero no imposible. Pero dando pequeños pasos de
obediencia, siendo honestos con Dios y con nosotros mismos, formando hábitos
para nuestro bien, pronto te darás cuenta de que Dios te fortalece cuando te
sientes solo, incomprendido, como que no encajas… créeme, lo viví en carne
propia muchas veces y aunque otros me rechazaron (incluso mis mejores amigos),
Jesús nunca me dejo solo ni se avergonzó de mí.
Atreverse
a ser transformado en la mente (¡Que no es lo mismo que dejarse lavar el coco!)
es una de las decisiones más radicales que tendrás que tomar en tu vida. Si lo
haces te espera un buen futuro, aun cuando el presente te haga llorar de vez en
cuando; pero el no hacerlo, te asegura llorar en el futuro, incluso cuando el
presente te traiga algunas satisfacciones temporales. Mi razonamiento me indica
que no es tan malo no “tener un lugar” en este mundo… ¡Sería peor no tenerlo en
el cielo!
Tú,
¿Qué elijes? ¿Yo? Yo me dejaré transformar y permaneceré firme en el camino que
me llevará a la vida eterna… Después de todo, ¡YO NO SOY CAMALEÓN!
By:Gaston
Nuñez
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