No es la última CocaCola en el desierto!
…”Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva
egipcia, que se llamaba Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: ya ves que Jehová me
ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré
hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai (Gn. 16:1-2)”
Muchas
veces, cuando nos encontramos frente a una situación límite, o cuando pensamos
que una oportunidad se nos está yendo de las manos, tomamos decisiones
abruptas. Cuando tenemos una promesa de Dios, y vemos que no se cumple, y el
tiempo pasa, y aun los que nos rodean comienzan a dudar si lo que Dios nos
prometió alguna vez, provenga realmente de él, tratamos de darle una mano a
Dios.
Abraham había recibido la promesa
de Dios de que iba a ser el padre de multitudes, padre de una Nación. Pero ya
estaba llegando a los 90 y no pasaba nada… uno podría preguntarse, ¿qué fue lo
que pasó por la mente de Abraham en el momento en el que Sarai le dio la
propuesta? Imagino a Abraham incomodo por el pedido de su mujer, pero también
pensando de que su esposa ya estaba grande, y las probabilidades de cumplir con
tal promesa, cada vez se iban alejando más y más… Y resuena la siguiente
pregunta en mi mente: ¿qué hubiese hecho
yo en su lugar?
Pienso que Abraham habrá pensado
en este dicho tan popular: “¿Y si esta no
es la última Coca-Cola en el desierto? ¿Y si esta no es la última oportunidad
que tengo para cumplir la promesa de Dios? ¿Y si Dios no necesita una mano?
Y en ese momento me veo a mí, pensando en que tal vez a Dios se le pasó por alto
algunos detalles, o que tal vez dejó algunas cuestiones a mi elección, y que
debo reaccionar, de otra forma puedo perder “la
última Coca-Cola en el desierto”.
Nos encanta, (o a mí por lo
menos) tenerlo todo bajo control. Saber lo que estoy haciendo, y saber qué es
lo que voy a hacer luego. Nos cuesta ponerlo todo en las manos de Dios, nos
cuesta creer que nuestra Sara pueda engendrar un Isaac. Es mejor pensar que con
Agar es más fácil, y aún más lógico, cumplir con esa promesa que Dios nos dio.
Cuando vemos que la promesa parece haber desaparecido, cuando parece que se nos
fue la última Coca-Cola en el desierto,
es donde más me tengo que aferrar a la promesa. Su palabra asegura en Números
23:19 que “Dios no es hombre para que
mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló,
¿y no ejecutará?” No debemos temer cuando fue Dios quien habló.
“Porque
todas las promesas de Dios son en él Sí y en él Amén, por medio de nosotros
para la gloria de Dios” (2 Corintios 1:20). Si Dios prometió, te aseguro
que esta… “NO ES LA
ÚLTIMA COCA-COLA EN EL DESIERTO”
by: Edgar Portillo
Es exactamente lo que Dios me habla en este tiempo, de Confiar totalmente en él. Lo que nos prometió lo va a cumplir, lo dice en su palabra.
ResponderEliminarSos Rebeca Mieres?
Eliminarsii :)
Eliminarmuyy buenoo!!!!!
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