¡Yo me
aventuro!
¿Quién no tiene un mes favorito?
Todos
tenemos un mes que nos gusta y queremos que llegue, ya sea porque llega tu estación
favorita o porque se celebra algo especial, llegan las vacaciones o por algún
viaje. Por ejemplo a mí me encanta Abril y Diciembre porque es mi cumpleaños y también
llega la navidad, por lo tanto recibo
muchos regalos, a pesar de ya ser grande es algo que encanta ¿A quién no?
Cuando mis padres, tíos o amigos me regalan
algo es una manera de sentirme amada, es porque también es mi lenguaje de amor.
Eso me recuerda cuando era una adolescente y le pedía a mis viejos algo que me
gustaba, lo que veía en la tv o lo que tenían mis amigas, y ellos siempre me decían:- “Si te portas bien vamos a comprarte lo que
me pedís” eso hacía que me esforzara todo el año. Era una decisión difícil pero
asumí el desafío, no es que era una piba súper desobediente pero como a todos
me costaba pero puse todo de mí (limpiaba mi pieza, hacia mis tareas, etc.)
Pero ¿Sabes?
había momentos que no hacía caso a lo que mis viejos me decían y estaba lejos
del regalo que tanto deseaba, porque cuando no te portas bien y eres
desobediente pensas en que perdiste el derecho al regalo y tomas la decisión
de no esforzarte más. Algo así paso en
una parte de la Biblia:
“Dios prometió que el trono de Israel será siempre ocupado por mis
descendientes, si ellos se portan bien y le son completamente fieles. Así que
pórtate bien para que Dios cumpla su promesa” 1 reyes 2:4
En esta
parte nos relata a David hablando a su hijo Salomón que era un adolescente como
vos, y para que su descendencia permaneciera en el trono debía “Portarse bien” pero ¿Qué significaba
portarse bien?
Es simple
David le decía a Salomón que tenía que ser obediente a Dios en todo, y una manera
de obedecer a Dios es obedeciendo a nuestros viejos o nuestros superiores pero
¿Salomón hacia eso? ¡Claro! Recuerda que él era adolescente y tenía
responsabilidades como vos debe haberle costado pero se esforzó por obedecer a
su padre y a Dios.
¿Qué pasaba si salomón no se portaba bien?
¿David dejara de quererlo? ¿Dios dejaría de cumplir la promesa? ¡NO!
El padre siempre
va a amar a su hijo aunque se porte bien
o mal, porque es su hijo. Así son nuestros padres siempre van a querer que sus hijos se esfuercen por
portarse bien y tomen esa decisión de ser mejor cada día.
Así es Dios, él es nuestro padre y como tal
quiere lo mejor para nosotros, no es indiferente a las cosas que pedimos por
más simples o grandes que sean, pero lo más importante aquí es tomar buenas
decisiones, creando una cultura de amor, respeto, y honra.
By: Sara Guerrero
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