#NoesLey
Paso algo
histórico, épico en nuestra amada Argentina. Fue increíble poder ver miles de personas
que se animaron a levantar su voz a favor de la vida. No se dejaron intimidar
por la presión de diferentes posturas e ideologías, sino que se mantuvieron
firmes en sus convicciones y valores.
Pero nuestro
desafío en este tiempo se duplica, debemos continuar siendo luz, ayudando y
alcanzando con amor a esta generación. Depende de nosotros que este gigante celeste
pueda encontrarse unido y de pie. Es nuestra tarea, vos y yo, juntos!
Vivimos en una época con algunas características
distintivas como lo son: el relativismo y el pluralismo. Y vos te preguntas
¿Qué es esto? En sencillas palabras podríamos definirlo como:
Relativismo: es una corriente filosófica que califica
la moral de una acción como buena o mala, dependiendo de cada cultura, de cada
grupo, o bien de cada persona.
Pluralismo: significa que todas las culturas merecen
igual respeto, todas las ideas, ideologías, religiones, posturas filosóficas,
convicciones morales, modas, etc. Todas deben y pueden convivir juntas, con
igual rango de autenticidad.
Esto provoca que no se reconozca la existencia de una
verdad sino que todas “las verdades” son válidas juntamente, si le sirven a
alguien. Es decir: yo creo esto, y vos podés creer aquello, y si a vos te hace
bien, entonces está bien. Mi verdad y tu verdad son igualmente aceptables.
Evidentemente, esto lleva al caos total, aunque
pareciera que ser “moderno, civilizado, educado, inteligente” inclinara a
pensar de esta manera: si todas “las verdades” son igualmente válidas: ¿Quién
tiene razón? ¿Todos podemos tener razón? ¿Por cuál ley nos regiríamos? ¿Con qué
parámetros aceptaríamos algunas cosas y desecharíamos otras?
Como vemos, el panorama así planteado es peligroso. El
mundo, con discursos de superación y respeto aparente, declara el pluralismo
como una virtud. Y nosotros como Iglesia, no podemos acomodarnos a este sentir
y aceptar cualquier cosa a fin de no ser etiquetados de antiguos y retrógrados.
La Biblia dice, sin dar vueltas, que sólo hay una verdad y que es
Jesucristo. Él es la verdad, y conocer esta verdad nos hace libres. No es
conocer todas las verdades y quedarnos con la que más nos conviene, o hacernos
una nueva si queremos y nos hace bien. Sino que conocer a Jesucristo esto nos
libera.
Y la Iglesia, nosotros y cada uno, somos los que
llevamos esta verdad.
Filipenses
1:27 (DHH) dice: “Solamente esto: procuren que su manera de vivir esté de
acuerdo con el evangelio de Cristo. Así, lo mismo si voy a verlos que si no
voy, quiero recibir noticias de que ustedes siguen firmes y muy unidos,
luchando todos juntos por la fe del evangelio.”
Todos juntos,
declarando una verdad única: ¡DIOS ES VIDA!
No debemos
olvidar que nuestra lucha no es en contra de las personas, no es discutiendo,
ni agrediendo a nadie. Nuestra manera de actuar siempre tiene que estar basado
en el amor y en la gracia. Sigamos caminando y avanzando para mostrar que Jesús
es vida y que la muerte nunca será la solución.
By: Naty Arraigada
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