Si puedes soñarlo, puedes lograrlo.
Muchas
veces nos hablan de sueños y ciertamente los tenemos, pero no creemos que en
realidad van a suceder, es como sueños que solo viven ahí en nuestra mente y
parece que nunca van a hacerse realidad. ¿Les paso? A mi si, por eso es que
quiero hablarte de algo.
Los sueños
solo se hacen realidad si trabajamos en ellos, hacer algo, más que solo
planificarlo en nuestra mente, es ahí donde Dios nos desafía cada día a confiar
en que él tiene el control de todo.
Romanos 8:32: “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿Cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las
cosas?”
Dios quiere
darnos generosamente todo, pero muchas veces somos nosotros los que nos
limitamos a pedirle, o en soñar.
Para soñar
los sueños de Dios, tengo que conocer el corazón del padre.
1. Tener intimidad.
Todos los días tenemos que estar conectados con
Dios, ¿Cómo vas a saber cuál es su voluntad si no pasas tiempo con él? Apartar
tiempo para conocerlo, para contarles nuestras dudas, nuestros miedos y
nuestros sueños. Así como Jesús pasaba tiempo a solas con él y conocía cual era
la voluntad del padre.
Marcos 1:35. “Muy de madrugada, cuando todavía
estaba oscuro, Jesús se levantó, salió de la casa y se fue a un lugar
solitario, donde se puso a orar.”
2. Tener mentalidad del reino.
Tener la mentalidad del reino es lo que muchas
veces nos cuesta, dejar de pensar como un mendigo y empezar a soñar más allá de
lo que estoy viendo en mi vida hoy. Porque nadie se basa en aquello que tiene
para soñar, si no que va más allá de lo que se puede ver, mirar con ojos de fe
el futuro, ese sueño que Dios te dio, creer en que él lo puede cumplir. Pero si
no cambias tu mentalidad nunca vas a poder soñar en grande, solo van a ser
sueños que viven en tu mente y nada más.
Pensa en esto, Moisés nunca hubiese sacado al
pueblo de Egipto si no hubiese tenido la mentalidad de Dios, esa es la
mentalidad que nosotros como hijos del rey debemos ejercer. (Éxodo 12:37-51)
3. Trabajar en ellos.
Para cumplir grandes sueños, se necesitan
personas que sueñen en grande y que estén dispuestas a trabajar para lograrlos,
quizás muchas veces te vas a frustrar. Pero eso no es un motivo para abandonarlo,
dale para adelante, proyéctate, pregúntale a Dios por donde debes comenzar,
busca información, ahorra. Sea cual sea nada puede frustrar tu sueño. Solo una
cosa puede detenerte y es no animarte a hacerlo realidad. Depende de vos, Dios
ya lo soñó ahora te toca a vos creerle.
”Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto
más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!”
By: Belen Sanches
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